Lo que asumen

El plagio canario y el advenimiento balear de María de la Pau marcan el punto exacto de enloquecimiento de los dos grandes partidos a un mes de las autonómicas y municipales. Un enloquecimiento que se produce cuando se abandona toda precaución en la chapuza.

Antiguamente estas cosas tenían su protocolo, por ruin que fuera; y al menos se tardaba un tiempo en maquillar lo que te habías bajado de Internet para elaborar tu programa, haciendo buena la máxima estudiantil: copiar de un libro es plagiar, de cinco es investigar y de veinte es hacer una tesis doctoral. Pero lo más interesante sobre el funcionamiento interno del PSOE insular es lo que dice el, en palabras de López Aguilar, “apartado” Juan Romero Pi: “si llegamos a saber que estas medidas eran copiadas no las hubiéramos asumido nunca”. Asumir, ahí está la clave.

En la otra orilla tienen ahora que asumir a un fichaje planetario, al modo de la Nebrera pero mucho más allá. Algunos ya dicen que María de la Pau “chirría” en las filas populares: no será desde luego por su sintonía con CIU, la misma que suele exhibir Pique hacia el partido que ha sido causa de los desvelos de Rajoy desde que el dedazo aznarí le nombró líder supremo. Recuérdese sus súplicas de pacto hacia los nacionalistas catalanes durante la campaña de las últimas generales, unos ruegos que se habrían concretado de algún modo en su reunión-¿secreta?, ¿discreta?- con los señores Duran y Lleida e Imaz el pasado mes de febrero.

Julio Veiga