viernes, 29 de junio de 2007

La UE avanza por fin


TRIBUNA: JOSCHKA FISCHER publicado en elpais.es


La UE encalló hace dos años cuando Francia y Holanda dieron el no a la Constitución europea. Con el nuevo acuerdo, la Unión ha reanudado la marcha. Pese a que el mandato para que una conferencia intergubernamental desarrolle un nuevo tratado desembocará en algo que no llegará a ser del todo una Constitución, el futuro convenio irá mucho más allá que el actual Tratado de Niza, siempre que las cosas transcurran de acuerdo con lo pactado. Pero todavía falta superar dos espinosos obstáculos: la conferencia intergubernamental y la ratificación, a través de los Parlamentos nacionales o mediante un referéndum, en todos los países miembros.

No obstante, la canciller alemana Angela Merkel puede sentirse orgullosa de lo que ha conseguido. Es su primer triunfo real en la diplomacia internacional. Aquel viernes por la noche en Bruselas se tomaron decisiones muy concretas y difíciles. La canciller alemana apostó fuerte y ganó. Se merece respeto y reconocimiento.

Si el nuevo tratado llega a materializarse, las reformas institucionales que la Unión necesita serán una realidad, y entrará en vigor un nuevo procedimiento de votación por mayoría doble, aunque sea con algo de retraso. La UE lleva trabajando 20 años en estas reformas. La Unión ampliada, inevitable cuando en 1989 finalizó la división de Europa por la guerra fría, requería nuevas instituciones que actuaran con eficacia y transparencia. Se supone que el nuevo tratado entrará en vigencia en 2009. Dos décadas parece ser lo que necesita Europa para cambiar, y eso es cualquier cosa menos tranquilizador.

El tratado asigna un nuevo ministro de Asuntos Exteriores de la UE -aunque formalmente se le deniegue ese título, así es como le llamará todo el mundo- con una sólida infraestructura administrativa en la Comisión Europea y en el Consejo. La presidencia rotatoria será sustituida por un presidente del Consejo electo....

jueves, 28 de junio de 2007

SEBRELI, ENTRE NOSOTROS


Estos días ha llegado a Madrid el pensador, escritor y ensayista argentino, Juan José Sebreli, autor de “El Asedio a la Modernidad” o “La aventura de la vanguardia”. Viene a presentar su último libro (el mismo libro), “El olvido de la razón”, un alegato (el mismo alegato) contra los filósofos irracionalistas, románticos y antimodernos que en los últimos siglos tantos errores han difundido. Si no fuera porque detrás de esos errores ha habido mucho sufrimiento humano serían unos libros sólo teóricos. Muy al contrario, sus crítitcas filosófico-prácticas afrontan problemas reales que están muy —demasiado— presentes en la vida y, sobre todo, en la política diaria. Como recuerda el propio Sebreli citando a Heine: “Los conceptos filosóficos alimentados en el silencio del estudio de un académico pueden destruir toda una civilización”. Se refiere, claro está a nacionalismos, religiones, populismos, tradicionalismos, indigenismos, racismos y todos aquellos movimientos prerrománticos que sojuzgan la libertad individual frente al colectivo o la comunidad y cuyos principios no se basan en la razón sino en mitos, magias y tradiciones que apelan a los instintos más simples.

Leyendo al pensador bonaerense, nos podemos dar cuenta que más que nunca sus libros son imprescindiblemente ciudadanos y absolutamente recomendables para nuestros días y nuestro país. Pido perdón al maestro Sebreli para sacar mi lado más romántico y expresar la necesidad de que haya hombres y mujeres de acción con espíritu crítico y valor cívico para afrontar una de las tareas más ímprobas: arrinconar esas corrientes preilustradas de la vida pública que ahora mismo campan, no ya por nuestros políticos de derechas, sino, lo más triste, por los de izquierdas que, equivocados de nuevo, quizá asustados y seguro que dolorosamente ignorantes han renunciado a su “tradición cultural ilustrada” y han asimilado “teorías irracionalistas consustanciales a la derecha” (Sebreli, p.17).

A veces la gente se pregunta qué es Ciudadanos, en qué se diferencia otros partidos. Pues bien, Sebreli es una buena ayuda para acertar en la respuesta. C´s traerá de nuevo (si es que estuvo alguna vez, ¡ay 77!) la razón a la vida pública. Promoverá políticas que sólo tendrán una base empírica y no mítica o identitaria, sin posibilidad de mensuración; defenderá propuestas sensatas independientemente de si gustan o no a movimientos religiosos cuya vara de medir no es la vida sino el más allá; elegirá siempre lo razonable frente a lo políticamente correcto porque éste es hijo de un posmodernismo acrítico que, disfrazado de buenas intenciones, sólo busca un relativismo cómodo a través del desafío permanente a la autoridad y aquél sólo busca el bien común con la ayuda de los instrumentos del Estado de Derecho; romperá con el pasado no para olvidarlo sino para aprender de él; y buscará la verdad de las cosas sin miedo a través del empleo de métodos científicos y racionales porque los ciudadanos y la sociedad no pueden vivir de otro modo más justo.

Para recordarlo y aprenderlo, “El olvido de la razón”, de Juan José Sebreli; una buena lectura ciudadana.


Gonzalo Teubal

miércoles, 27 de junio de 2007

Si no gobierno me voy

El último en hacer la jugada ha sido Jaume Matas. Como no puede gobernar, se va a su casa, bueno a sus negocios. Otros muchos lo han hecho antes. Uno de los últimos Miguel Sebastián; tras jurar y perjurar que si no ganaba sería el líder de la oposición, en vista de que pierde se vuelve a su cátedra. Es un planteamiento realmente curioso, ya que, en teoría, los candidatos se presentan para representarnos, pero en la práctica solo lo hacen para gobernar. Es decir, un sistema presidencialista. Un duelo entre dos cabezas de lista. Los demás van de relleno. Si el cabeza de lista pierde, al grupo que la parta un rayo y que se busque otro líder. Claro que así el engañado es el elector. Vota a un dirigente y luego su tarea la hace otro.
Pero hay otros peores, los que se van tras gobernar unos meses. Ya veremos cuánto nos dura Gallardón. Mucho prometer que será alcalde cuatro años, y a la mínima ocasión se va detrás de su queridísimo Mariano, y nos deja a Botella de alcaldesa. Y sino, al tiempo.
En realidad, hay que ver lo positivo de todo esto, y es que los políticos valen para todo; por ejemplo, en la Comunidad de Madrid, muchos han cambiado de cartera; la razón es que son “buenos gestores”, y, por tanto, pueden gestionarlo todo: el que se ha inventado el fin de las listas de espera ahora se va a inventar que los trenes del Metro nunca se estropean; el que ha terminado con la violencia de genero, ahora va a terminar con la Sanidad pública; y la que ha gestionado la “integración” de un millón de inmigrantes, ahora va a organizar su educación.
Son políticos polivalentes, o polivalientes, porque se atreven con todo. De todo saben y todo lo gestionan bien, y si pierden, aunque sea por la mínima, pues a vivir de los negocios, que eso también saben hacerlo. Al fin y al cabo en el mundo empresarial, pasa lo mismo, todo el mundo sabe de todo. Se gestiona unos meses o años una empresa, se aplica regulación de empleo, se subcontratan ciertos servicios para reducir cargas salariales, se despilfarran las ayudas públicas, se deja la empresa con pérdidas, y luego te buscas otra empresa. Como ya tienes fama de buen gestor, en pocos días se te rifan. Y sino, con un poco de suerte tu partido te vuelve a llamar. Ventajas de valer para todo.
Carlos Cistue

martes, 26 de junio de 2007

¿ Y sin embargo se mueve?


Publicado en estrelladigital.es por Luis de Velasco

La construcción, desde el Tratado de Roma en 1957, de la hoy llamada Unión Europea (UE), ha probado ser un factor absolutamente clave para el devenir de Europa y del mundo. Debe recordarse que el objetivo último de lo que se inicia en ese año, según sus fundadores, es una unión política con el objetivo central de evitar las guerras intraeuropeas y ,más concretamente, entre Alemania y Francia con el recuerdo reciente de las dos guerras mundiales. Está claro que ese objetivo se ha logrado.

Han sido los avances en lo económico que no en lo político, lo decisivo en la UE desde su creación. Completada fácilmente una unión aduanera, la unión enfrentó y resolvió satisfactoriamente un tema central como es el de la moneda y la autoridad monetaria única. Ello acompañado de mínimos avances en lo fiscal y en lo social, dotando a la unión de un aire marcadamente neoliberal y en la estela del modelo norteamericano. Mucho más una Europa de las grandes empresas que de los ciudadanos. Las sucesivas ampliaciones sometieron a las instituciones ( desde el formato de la Comisión hasta los mecanismos de decisión, entre otros) a fuertes tensiones que se pretendieron encarar con un gran salto adelante político: una Constitución. Paso que se ha demostrado, como era de esperar, voluntarista y oportunista.

La cumbre reciente ha acordado, con buen criterio, desechar ese inservible texto y dedicarse a algo más modesto aunque , como se ha demostrado, lleno de enormes dificultades porque los intereses , los amigos preferentes y las políticas de los veintisiete no siempre coinciden. Nada nuevo ni reprochable. Esto es especialmente cierto en el caso, por otra parte bien conocido si uno conoce su historia, del Reino Unido al que siempre la ha interesado y le interesará una Europa desunida. (Por eso, hablar de Blair como primer presidente de la unión, es una muestra del “ british humour”, esperemos). ¿Todo lo acordado en esta trabajosa reunión es válido y un paso más en el camino europeo en una buena dirección? Seguramente sí ,al menos para los partidarios de que hay que moverse siempre y que un acuerdo, aunque sea malo, es mejor que nada.

¿Cuál ha sido el papel jugado por el presidente del gobierno español en esta cumbre? Pues, como en la valoración final de lo acordado, hay opiniones para todos los gustos, todas ellas contaminadas políticamente. Algunos, como un titular de El País en primera plana a cuatro columnas, hablan de su papel “ decisivo”. Otros, como Rajoy, agradecen a los polacos los servicios prestados a la causa española. Que cada cual haga la valoración que quiera siempre teniendo en cuenta que, la experiencia lo demuestra, en estas cumbres, como en las elecciones, todos los participantes se declaran satisfechos, pensando siempre en las opiniones públicas y , sobre todo, las publicadas en sus países. A destacar que Zapatero anunció que no habrá referéndum para este texto,sólo trámite parlamentario. Sin duda ,pensando en el “éxito” del referéndum sobre la ya fenecida Constitución europea aprobado, eso sí el primero de la UE, con una abstención del setenta por ciento, lo que no impidió sacar pecho al gobierno y adláteres. Dicho lo cual, no es de recibo que el nuevo texto, mucho más ligero y entendible para el común de los mortales, no sea sometido a referéndum ciudadano. Luego hablan del alejamiento y del déficit democrático en la construcción europea.

Publicado en estrelladigital.es

Luis de Velasco

lunes, 25 de junio de 2007

El voto electrónico


La organización británica Open Rights Group ha advertido que la democracia podría verse socavada si se implanta el uso del voto electrónico en los procesos electorales.

Tal y como se desprende de la información publicada en el diario El País, la organización sin ánimo de lucro británica -entre cuyos objetivos está preservar las libertades civiles en el ciberespacio- asegura que los riesgos derivados de pasar de la clásica papeleta a la pantalla táctil son mayores que los beneficios que podría conllevar.

El titular, sin embargo, lleva al equívoco. Open Rights Group, tras analizar los informes elaborados por sus observadores en las elecciones locales inglesas celebradas el pasado mes de mayo, se ha limitado a criticar un sistema de voto electrónico concreto.

La ONG británica ha hecho un llamamiento para detener el proceso de implantación del sistema actualmente en fase de prueba hasta que éste sea fiable, fácil de supervisar y se compruebe su integridad.

El voto electrónico llegará a nuestras democracias. El único interrogante al respecto es el cuándo. Considero que los esfuerzos administrativos deberían centrarse ahora en superar todos los legítimos recelos que puedan existir en torno a su introducción.

Facilidad de uso, fiabilidad de los resultados y capacidad de gestión deberían ser los tres ejes fundamentales en torno a los cuales avanzar en este campo. El voto electrónico es una de las avenidas más atractivas para combatir el fenómeno de la abstención y actual desapego mostrado por tantísimos ciudadanos hacia la actividad política.

domingo, 24 de junio de 2007

Toni Blair, el largo adiós.


Noticia completa en abc.es
La política es un invento de los griegos que los ingleses manejan mejor que nadie. El secreto reside en que esperan muy poco de la retórica del poder y confían en las virtudes austeras de la libertad. Lecciones de la historia y de la forma de ser. Conviene tenerlas muy presentes ahora que toda Europa mira a Francia, racional y cartesiana para bien y para mal. Pensar sobre el Reino Unido trae un soplo de aire fresco, empirista y utilitario. He aquí el criterio para juzgar a Tony Blair en la hora de su largo adiós: para un inglés, hacer bien las cosas significa dejar el mundo mejor de lo que estaba cuando accedió a su puesto de trabajo. Víctima de Irak y de los límites intrínsecos al socialismo posmoderno, se marcha con un proyecto agotado pero con los deberes (casi) hechos. Cuando se olviden las miserias partidistas, quedará un buen recuerdo. Cuando los laboristas conozcan mejor a Gordon Brown, es probable que echen de menos a Tony y a Cherie. Cuando los «tories» asuman que ya no vive en Downing Street, van a respirar con alivio. Luces y sombras de la política británica, ajena por definición a sectarios, radicales o demagogos. Es una suerte, ganada a pulso desde la «Gloriosa», incluso desde la Carta Magna o la primacía del Derecho común sobre la prerrogativa regia. También en la sociedad de masas y en el Estado-providencia los poderes del gobierno de Su Majestad son objeto de interpretación restrictiva. Así se escribe la historia.
Tony Blair fue la gran esperanza del socialismo errático y aturdido en la Europa de los noventa. El sustento intelectual era una sedicente Tercera Vía. Anthony Giddens puso la doctrina: algo así como los fabianos adaptados a la sociedad del conocimiento. Un Estado de bienestar moderno y activo: más sociedad civil, mucha educación y una idea ingeniosa, el «Estado facilitador». En la etiqueta ponía Nuevo Laborismo, pero con recetas liberales: estabilidad económica y reducción de impuestos. Otros tiempos: la «cumbre» ideológica de Londres (julio de 2003) certificó la conversión de la socialdemocracia clásica en «izquierda progresista». Allí estaban todos, excepto Zapatero. Blair deja una huella -quizá superficial, pero efectiva- en la batalla de las ideas. Basta con leer el programa suave de David Cameron para cambiar la suerte electoral del Partido Conservador, que ha consumido ya cuatro aspirantes a partir de sus tres derrotas en las urnas desde 1997. Queda claro que esa «izquierda del centro» no era ni es un adversario fácil de batir. Aunque no lo parezca, hubo tiempos gloriosos para la Tercera Vía...