SOSTIENE GOMEZ (del PSOE de Parla)
Publicado en Estrella Digital
Luis de Velasco
Tomas Gómez, alcalde de Parla y nuevo secretario general de los socialistas madrileños, tras la defenestración del anterior, Simancas, es la nueva “esperanza blanca” de sus correligionarios a juzgar por la unanimidad casi búlgara con que fué elegido. Se ha estrenado con una primera propuesta política que parece haber organizado algo de ruido mediático y partidario. Ambos se apagarán pronto, el primero porque habrá otras novedades, el segundo porque se impondrá una vez más el “ prietas las filas y a tragar lo que nos echen”.
Sostiene Gómez que “ a veces, es progresista eliminar cargas ( fiscales)” lo que no quiere decir nada y quiere decir mucho. Depende de lo que venga a continuación. De momento, aceptar la definición negativa, peyorativa de “carga”, supone aceptar el marco ideológico ( ese famoso “ frame”, tan manoseado recientemente, del lingüista George Lakoff en su libro “Don´t think of an elephant”), es decir situarse, en este caso, en el terreno de la derecha.
Lo que a continuación sostiene Gómez es que hay que eliminar el impuesto sobre el patrimonio. Se supone que esto es lo progresista. Este progresismo se basa, según Gómez, en dos argumentos. Uno, digamos de teoría fiscal ya que escribe, en un artículo, que “ un sistema tributario más eficiente es aquel que favorece el ahorro, la inversión, el trabajo y la actividad económica”. Dos, un argumento, digamos más práctico, de que este impuesto es injusto porque “perjudica a las clases medias ya que las rentas más altas distribuyen su patrimonio a través de otras formas jurídicas...y ,por tanto, no contribuyen a este impuesto”.
Veamos. Una de las señas de identidad que debe tener todo sistema tributario, además de las que sostiene Gómez, es la de la equidad, en suma que paguen más quienes más tienen. Esa equidad es además( o era, vaya ud. a saber) una de las escasas señas de identidad de la socialdemocracia, corriente a la que el partido de Gómez dice pertenecer. Segundo, cuando por ejemplo en la Comunidad de Madrid pagan este impuesto unos 150.000 contribuyentes, afirmar que eso es la clase media es arriesgado. Efectivamente, los más pudientes tiene otros caminos de elusión y de evasión para disminuir enormemente su obligación de pagar ( recientemente, el gobierno ha establecido la barrera de la Comisión Nacional del Mercado de Valores para impedir la inspección de Hacienda en la verbena de ls Sicavs, por ejemplo). Si además les eliminamos la obligación del impuesto sobre el patrimonio, en el que las cantidades que pagan son completamente ridículas, el “bingo” es completo. No se trata en ningún caso de eliminar este impuesto, como quieren Gómez y Esperanza Aguirre, sino de elevar el mínimo y aumentar su progresividad.
Es cierto que a Gómez le han pillado en medio de la “ batalla del fútbol” entre el grupo Prisa y sus enemigos, según se dice amigos de Zapatero. Pero, de todos modos, el titular de El País a toda página del pasado 19 resume, por una vez, fielmente este asunto: “El líder socialista Gómez pide a Aguirre que elimine el impuesto que pagan los más ricos”. Es lo que se llama darle una patada a Zapatero en el culo de Gómez. La ventaja es que deja muy claras las cosas.
Sostiene Gómez que “ a veces, es progresista eliminar cargas ( fiscales)” lo que no quiere decir nada y quiere decir mucho. Depende de lo que venga a continuación. De momento, aceptar la definición negativa, peyorativa de “carga”, supone aceptar el marco ideológico ( ese famoso “ frame”, tan manoseado recientemente, del lingüista George Lakoff en su libro “Don´t think of an elephant”), es decir situarse, en este caso, en el terreno de la derecha.
Lo que a continuación sostiene Gómez es que hay que eliminar el impuesto sobre el patrimonio. Se supone que esto es lo progresista. Este progresismo se basa, según Gómez, en dos argumentos. Uno, digamos de teoría fiscal ya que escribe, en un artículo, que “ un sistema tributario más eficiente es aquel que favorece el ahorro, la inversión, el trabajo y la actividad económica”. Dos, un argumento, digamos más práctico, de que este impuesto es injusto porque “perjudica a las clases medias ya que las rentas más altas distribuyen su patrimonio a través de otras formas jurídicas...y ,por tanto, no contribuyen a este impuesto”.
Veamos. Una de las señas de identidad que debe tener todo sistema tributario, además de las que sostiene Gómez, es la de la equidad, en suma que paguen más quienes más tienen. Esa equidad es además( o era, vaya ud. a saber) una de las escasas señas de identidad de la socialdemocracia, corriente a la que el partido de Gómez dice pertenecer. Segundo, cuando por ejemplo en la Comunidad de Madrid pagan este impuesto unos 150.000 contribuyentes, afirmar que eso es la clase media es arriesgado. Efectivamente, los más pudientes tiene otros caminos de elusión y de evasión para disminuir enormemente su obligación de pagar ( recientemente, el gobierno ha establecido la barrera de la Comisión Nacional del Mercado de Valores para impedir la inspección de Hacienda en la verbena de ls Sicavs, por ejemplo). Si además les eliminamos la obligación del impuesto sobre el patrimonio, en el que las cantidades que pagan son completamente ridículas, el “bingo” es completo. No se trata en ningún caso de eliminar este impuesto, como quieren Gómez y Esperanza Aguirre, sino de elevar el mínimo y aumentar su progresividad.
Es cierto que a Gómez le han pillado en medio de la “ batalla del fútbol” entre el grupo Prisa y sus enemigos, según se dice amigos de Zapatero. Pero, de todos modos, el titular de El País a toda página del pasado 19 resume, por una vez, fielmente este asunto: “El líder socialista Gómez pide a Aguirre que elimine el impuesto que pagan los más ricos”. Es lo que se llama darle una patada a Zapatero en el culo de Gómez. La ventaja es que deja muy claras las cosas.
Luis de Velasco