viernes, 7 de diciembre de 2007

La costra nacionalista del PSC


La que ha liado Joan Ferran, diputado y portavoz adjunto del Partido Socialista de Cataluña. Se puede decir más alto, incluso más claro, pero viniendo de un socialista, lo que ha dicho ha bastado para producir un terremoto político. Ha acusado a los medios de comunicación públicos catalanes de estar al servicio de la "construcción de la patria nacionalista". Y dado que pide una TV3 y una Catalunya Radio "neutral, objetiva, plural, informativa y sin sesgo partidista" concluye que "hay que arrancar la costra nacionalista de las emisoras de la Generalitat". "A buenas horas, mangas verdes", podríamos reprocharle, pero como quien no se conforma es porque no quiere, prefiero recibir su tardía e interesada acometida contra el activismo nacionalista del periodismo orgánico con un "nunca es tarde si la dicha es buena".

La reacción de los amos de la masía ha sido inmediata. Todos los partidos, medios de comunicación públicos y el propio Colegio de Periodistas de Cataluña salieron raudos a criminalizar sus declaraciones. Artur Mas, de CiU, se mostró "literalmente escandalizado"; Joan Ridao, de ERC, las consideró "inaceptables, desleales, sectarias y antidemocráticas"; Jaime Bosch de ICV-EUiA, percibió los comentarios "desafortunados, equivocados e injustos"; el Conseller de Cultura, Manuel Tresserras, las juzgó "desafortunadas" e "injustas"; y, mientras el Colegio de Periodistas de Cataluña da su apoyo a los periodistas de TV3 y Catalunya Radio, estos han arremetido contra las críticas de sectarismo en los medios públicos que dirigen con el temor de que se esté preparando una "caza de brujas" contra ellos. Vamos, lo de siempre: quienes a diario persiguen a quienes no comulguen con sus delirios nacionalistas hablen o no catalán –y si son castellanohalbantes, además los echan de los medios que pagamos todos– arremeten contra el mensajero con absoluta buena conciencia y el victimismo de siempre.

Tienen razones para ponerse a la defensiva: han construido unas plantillas de periodistas cuya máxima virtud profesional es ser activistas de la construcción nacional. Su lenguaje está diseñado para que desaparezca la palabra España y Cataluña se confunda con una nación oprimida por el nacionalismo castellano. Imponen sus técnicas de vaciado informativo de personas, ideas, organizaciones y acciones que no encajen en la realidad virtual no sólo en los medios sino también en escuelas a través de periódicos subvencionados por la Generalitat. Repiten lugares comunes donde el periodista disidente calla y obedece. Exaltan lo mínimo, si lo mínimo encaja en Matrix. Son la correa de transmisión natural entre la política nacionalista y las direcciones de los informativos. Todo esto hace que el trabajo periodístico parezca más un plan de desafección contra España que una empresa de información, de modo que más de la mitad de los ciudadanos de Cataluña nos sentimos excluidos y agredidos por él. Les recomiendo vivamente la entrevista, no porque diga cosas que no hayamos denunciado antes, sino porque lo dice un diputado del partido que gobierna Cataluña.

Pero no se hagan ilusiones, que la crítica tiene truco. Las razones por las que el socialista Joan Ferran ha saltado por peteneras no son las mismas por las que el PPC y Ciudadanos las apoyan. Dos causas inmediatas tienen la culpa: la elección de los doce miembros del Consejo de Gobierno de la recién aprobada ley de la Corporación Catalana de Medios Audiovisuales (CCMA) y la proximidad de las elecciones generales.

Para los socialistas, el futuro será peor que el presente, pues el reparto político de ese Consejo de Gobierno de la CCMA les dejará en franca minoría respecto a los nacionalistas. No olviden que a CiU le corresponde al menos un miembro más que al PSC, pero si además sumamos los que le corresponden a ERC, la mayoría nacionalista dentro del Consejo de Gobierno está asegurada. Ya sé que dichos cargos deberían ser neutrales. Sí, ya lo sé. Esa milonga me la repitieron muchas veces en la ponencia de la ley cuando todavía era un proyecto. Incluso les llegué a proponer que hubiera 23 miembros para que matemáticamente Ciudadanos pudiera estar representado, pero siempre me contestaban muy afectados: "No, no, el consejo ha de estar compuesto por profesionales independientes y neutrales". Ya ven, llevan días peleándose para ver quién coloca a más de los suyos.

Por otra parte, las elecciones de marzo están a la vuelta de la esquina y, mal que bien, el actual presidente de la Corporación Catalana de Radio Televisón que será sustituido por la CCMA es Joan Majó, socialista. Si logran retrasar la designación hasta después del 4 de marzo, eso es lo que ganan. Por otra parte, marcan el territorio para que ninguno de los gurús nacionalistas señalados indirectamente en la entrevista pueda presidir el Consejo de Gobierno.

Hay una tercer causa menos concreta, pero cierta. Ante las elecciones, han de sacar la virgen para que haga llover votos. En este caso la virgen se llama criticar a los nacionalistas para disimular que ellos también lo son. Vamos, como hacen cada vez que vienen unas elecciones; de pronto, empiezan a hablar en castellano para dejar de hacerlo al día siguiente de la votación. O sacan a pasear al PSOE en las elecciones generales para atraer el voto obrero y español de la inmigración, pero inmediatamente después de las elecciones reniegan de él y lo sustituyen por la exaltación de la C de Catalunya en las siglas del PSC. Curiosa contradicción, un partido socialista que oculta su condición de obrero para exaltar su condición catalanista. ¿Quién ha de quitarse una costra nacionalista, señor Ferran?

Hasta aquí, las guerras entre los herederos de la masía, o sea, entre los miembros del PUC: Partido Único Catalanista (CiU, ERC, PSC y ICV-EUiA), o sea, entre el 35 % de la población de Cataluña que vota elección tras elección y ocupa la casi totalidad del Parlament. Pero quizás lo peor de esta historia de herederos en guerra sea la impostura socialista al denunciar hoy lo que han estado ayudando a fabricar ellos durante las últimas dos décadas.

Son ellos, los socialistas y el resto de la izquierda, los que impusieron la inmersión y el monolingüismo en la escuela en los primeros ochenta cuando CiU se conformaba con la doble red escolar. Son ellos, los socialistas, los que en esta legislatura quieren redoblar esa inmersión lingüística para hacer desaparecer el castellano hasta en los patios de recreo. Son ellos quienes han presidido la Corporación Catalana de Radio Televisión los últimos cuatro años, los peores desde un punto de vista de construcción nacional desde que se inauguró TV3 y Catalunya Radio. Son ellos los que han permitido que se emitan reportajes tendenciosos sobre Terra Lliure, los que han permitido que cada mañana en Catalunya Radio se den arengas nacionalistas, los que filtran las intervenciones de los oyentes en función de si son nacionalistas o no, o si hablan castellano o no. Son ellos los que siguen permitiendo que el mapa del tiempo oculte el que hace en el resto de España y, de paso, se borren sus perfiles. Son ellos los que podrían impedir que cada día haya tertulias donde el 90 o el 100% de los participantes sean soberanistas. Son ellos los primeros en imponer multas por la utilización del castellano en establecimientos comerciales. Son ellos, los socialistas, los que gobiernan en coalición con independentistas que utilizan presupuestos millonarios para subvencionar series de televisión con Portugal que exalten el independentismo catalán, inventarse embajadas camufladas en el extranjero o subvencionar el odio a España a través de cientos de organizaciones nacionalistas. Ha sido, finalmente, el propio presidente de la Generalitat, el señor Montilla, quien ha ido a Madrid a difundir el cuento ese de la desafección de los Catalanes a España.

Han sido y son los socialistas catalanes quienes por acción y, sobre todo, por omisión, han dejado que el nacionalismo se haya adueñado del discurso de nuestros maestros, de nuestros jóvenes y de nuestros medios de comunicación. Esa actitud de colaboración y dejación les ha empezado a pasar factura: mientras el nacionalismo ha ido agrandando su espacio, ellos, los socialistas han ido reduciendo el suyo y el de todos los que no son nacionalistas. Ahora, si quieren seguir pintando algo entre los herederos de la masía, han de jugar en espacio nacionalista con el lenguaje nacionalista. Ningún inconveniente para quien lo es, pero un suicidio histórico para quienes no. Ya no hay otro espacio, el resto es vacío o abismo; es aquí donde nos han obligado a jugar a Ciudadanos y a populares. Y el futuro será peor si no siguen la estela marcada por su diputado Joan Ferran. Lo he escrito cuarenta veces, y un día de estos será ya demasiado tarde.

Ciertamente, hay que arrancar la costra nacionalista de TV3 y Catalunya Radio, pero antes han de empezar ellos, los socialistas, a quitarse la suya, que es la peor por ser de camuflaje.
Antonio Robles

jueves, 6 de diciembre de 2007

Ciudadanos celebra el día de la Constitución en la puerta del Retiro





NADIE VA A PARAR AL CIUDADANO QUE LLEVAMOS DENTRO

Un promotor, ex cargo del PSOE, dirige la gran operación inmobiliaria de RTVE

Publicado en elpais.com

Luis Fernández no informó a los consejeros de los negocios de Pedro Mansilla
Pedro Pablo Mansilla, ex alto cargo del PSOE y promotor inmobiliario en la actualidad, ha sido contratado a dedo para dirigir la macrooperación urbanística de la venta de las propiedades inmobiliarias de RTVE en Madrid -200.000 del millón de metros cuadrados que posee- y la compra de solares para su nueva sede. Mansilla figura como responsable o accionista de una veintena de sociedades en su mayoría inmobiliarias, según el registro mercantil. Varias de ellas han realizado proyectos en la Comunidad de Madrid y tienen como sede central el municipio de Pozuelo, donde se asientan las principales instalaciones de RTVE, cuya venta forzará una recalificación urbanística en una de las zonas más caras y privilegiadas de España.

Mansilla fue nombrado personalmente por el presidente de RTVE, Luis Fernández, con quien afirma mantener amistad desde hace años. El ex alto cargo socialista y ahora promotor inmobiliario no ve ninguna "incompatibilidad jurídica" entre sus negocios inmobiliarios y el cargo de libre designación que ha aceptado desempeñar para RTVE. "No tengo ninguna intención de aprovecharme de esta operación, como no lo he hecho durante toda mi vida en la Administración Pública", proclama.

Mansilla se dedicó a la actividad privada inmobiliaria tras su paso por la Dirección General de Prisiones, donde diseñó el plan para cerrar 40 cárceles, y construir 19 nuevas prisiones.

RTVE sólo prevé inicialmente sacar a la venta 200.000 metros cuadrados (véase gráfico) del millón que posee en Madrid.

La finalidad es doble: concentrar en una sola sede más eficiente todas las instalaciones que posee en Madrid y hacer caja para sanear las cuentas.

Varios consejeros de RTVE consultados por este periódico temen que esta operación, a la que sólo se ha opuesto formalmente el PP, sea el pistoletazo de una de las mayores operaciones inmobiliarias de suelo público de los últimos tiempos.

Mansilla asegura que el proceso está en fase muy incipiente, que las instituciones (Ayuntamientos de Madrid, Pozuelo y Comunidad) le están ofreciendo terrenos alternativos, que el suelo que venderá RTVE costará mucho más que el que compre el ente público, y que, cree, al final, se hará por un sistema de subasta.

Lo sorprendente para todos los consejeros consultados por este diario es que el presidente de RTVE haya nombrado a dedo para esta macrooperación inmobiliaria a un amigo suyo y promotor privado en lugar de acudir a las empresas que tiene el Estado para vender suelo (Segipsa) o al jefe de patrimonio de RTVE. Pese a estar muy bien relacionado con históricos ex dirigentes socialistas madrileños como José Acosta (ex presidente del partido en Madrid durante muchos años) o Jesús Espelosín (ex concejal de Urbanismo de la capital con el PSOE), no se le considera en absoluto un hombre del partido, ni del Gobierno. Sólo es de la máxima confianza de Fernández, cuya versión ha solicitado este diario sin éxito desde el pasado martes.

Fernández repartió un currículo de Mansilla que omitía su perfil inmobiliario. Tampoco informó que cesó como gestor público en 1994 después de que se airearan presuntas anomalías en su labor:

Mansilla encargó a los presos de Ocaña que construyeran muebles para su chalé particular. En su defensa, alegó que "pagó religiosamente" el trabajo realizado por los reclusos. Este diario ha consultado con varios consejeros de RTVE: todos desconocían su dedicación privada al negocio inmobiliario con sede en el corazón de la operación, Pozuelo, y con intereses y operaciones en diversos municipios de de Madrid.

Pedro Pablo Mansilla puede coincidir en sus trabajos para gestionar la compraventa de suelo para RTVE con clientes con los que haya tenido relaciones anteriores como promotor inmobiliario.

miércoles, 5 de diciembre de 2007

LA RESPONSABILIDAD DEL PSOE Y DEL PP

Publicado en la razón
Luis de Velasco
Si mañana se celebrasen las elecciones generales, no hay duda de que el PSOE las ganaría. Pero faltan tres meses y pasarán cosas que pueden cambiar ese resultado. Pero , gane quien gane, es bastante probable, por no decir seguro, que lo haga sin mayoría absoluta y entonces llegaremos a la peor opción: la necesidad de respaldo de los nacionalistas. Si gana el PSOE, está claro. El PP no ha negado que vaya a pedir ese apoyo. Hay precedentes. Seguiremos así, una vez más , en manos de esos partidos que están dejando de considerarse parte de la institucionalidad del país , cada vez más ajenos a la lealtad constitucional.

¿Es mucho pedir cierta responsabilidad a quienes mandan en esos dos partidos, que se autotitulan nacionales? ¿ No les parece digno de meditación la actual experiencia alemana de coalición democristiana- socialdemócrata que ha permitido una reforma, digna de estudio, de la Constitucion de ese país federal? ¿No creen que estamos en un situación de emergencia que exige decisiones radicales? Es de temer que, una vez más, primen los intereses egoístas sobre el sentido de Estado.

Albert Ribera, presidente de un partido, Ciudadanos, que ya ha dejado su impronta en un año en el Parlamento catalán, ha remitido una carta a esos dos partidos llamando a esa responsabilidad. Ciudadanos, que se presentará en Marzo en varias circunscripciones, entre ellas Madrid,es una opcion política que, entre otras muchas cosas rompedoras , defiende no pactar nunca con los nacionalistas, reformar la injusta ley electoral y la Constitución para blindar y recuperar competencias estatales.También digno de meditación para quienes quieren una regeneración de nuestra viciada democracia .

Las ventajas del federalizante estado de las Autonomías han desaparecido frente a los inconvenientes del confederal nuevo Estatuto catalán y su "efecto demostración" en otros. Es hora de decir que hasta aquí hemos llegado.
Luis de Velasco

lunes, 3 de diciembre de 2007

ISMOS CONFUSOS, ISMOS DELETÉREOS

A D. Raul Centeno, in memoriam

Una batalla, muy importante, que ha perdido, hasta ahora, la ciudadanía española, es la de las palabras. Es una pugna esencial, pues de ella depende que se pueda instalar en las mentes la ambigüedad, la manipulación y el engaño interiorizado. Podríamos intentar hoy hacer unas aclaraciones y despejar confusiones, una manera de ser más y mejores ciudadanos y de rendir homenaje a quienes luchan por ello.

Por ejemplo, se cree saber que, en España, existe el independentismo, aunque minoritario, en algunas regiones. El independentismo es una actitud política que tiene diversas manifestaciones. La más conocida, y más noble, es la que acompañó la descolonización. Es un independentismo legítimo y de justicia que consiguió liberar territorios y a sus gentes del dominio (militar) de una potencia extranjera que los sometía a regímenes legales y sociales especiales y nada honrosos (colonias). Por frecuente y mayoritaria, es fácil identificar esa visión con lo que acontece en España. Pero nada más lejos de la realidad. Ninguna de las regiones españolas donde ejerce el llamado independentismo es colonia desde la época de los romanos, y alguna, como las Vascongadas, no lo han sido jamás. Por lo tanto el componente liberalizador de la descolonización, que lo legitimaba, desaparece, y llegamos al concepto que hay que aplicar: en España, lo que existe, es el separatismo y conviene llamarlo por su nombre para ser consciente de ello.

Este concepto, básicamente, supone el afán, por parte de una oligarquía local organizada, de desgajar de una sociedad unida una o varias regiones, apelando a razones étnicas, sentimentales, económicas o de otro tipo. Frecuentemente, las razones argumentadas son manipulaciones demagógico-populistas, cuando no burdas mentiras. (Véase, por ejemplo, los libros de texto que se enseñan en algunas regiones españolas). El separatismo, a diferencia del independentismo descolonizador, entraña división entre lo que ya convivía de siglos de manera natural, libre y absolutamente igualitaria, introduciendo insolidaridad, ruptura de la convivencia ciudadana, agresividad, privilegios, egoísmos, visión tribal de la sociedad y alguna forma de racismo. Por eso, al que escribe estas líneas, el separatismo en antiguas naciones acrisoladas con lengua común le parece moralmente reprobable y socialmente inaceptable. En España, sin embargo, el separatismo, por razones que nunca se han explicado, se ha convertido en legal y su dañino ejercicio en absolutamente normal. Mala noticia para los ciudadanos europeos.

Volvámonos hacia otra voz que se mueve en la indefinición mental: el nacionalismo. Es tan etéreo ese nombre que suele necesitar un adjetivo para aclararse. Así se habla, por ejemplo, de nacionalismo “español”. ¿Y qué es? Si nos atenemos al artículo 30 punto 1 de nuestra Constitución: “ los españoles tienen el deber y el derecho de defender a España” parece que nacionalismo español sea una suerte de pleonasmo. Dicho de otra manera: es lo normal. Pero, en realidad, -de nuevo juego de palabras-, con ello se quiere señalar otro comportamiento, el de los que practican un aspecto inherente al separatismo, la exclusión. El “nacionalista español” no puede ser separatista (salvo que abogue por salirse de la Unión Europea) pero sí excluye, fanáticamente, de su visión de España a todo el que no comparta con él la creencia de que España es un tótem digno de adoración. Eso le puede llevar a posiciones de enfrentamiento con quien , considerándose español, no “sienta” España cómo él. Exacerbado, su fanatismo le puede llevar a la violencia. Sinceramente creemos que ese fenómeno, apenas organizado, representa en España un problema muy minoritario, pero combatible en todas sus manifestaciones excluyentes y violentas. Ser español nunca puede significar ser un talibán., o, por quedarnos aquí, un Torquemada.

También podemos oir hablar frecuentemente del nacionalismo “moderado”. De nuevo, ¿Qué es?. Lo mejor será acudir a las declaraciones de varios próceres representativos como Mas, Arzalluz, Ibarreche, Pujol (hijo). Se deduce de ellas que es un separatismo a largo plazo que no practica la violencia física para obtener sus fines. Obsérvese, dentro de la importancia de las palabras, que hablamos de coacción “física”, porque el ataque permanente sobre las mentes cándidas está a la orden del día. ¿Podría ser el nacionalismo moderado una demostración de amor o apego a determinada zona del Estado y a las cosas pertenecientes a ella, así como la decisión de trabajar para ensalzar, enriquecer y mejorar sus especificidades?. Podría ser, pero no es. En ese caso se llamaría regionalismo, no jugaría a restar, sino que sumaría, y, sobre todo, no sería excluyente, no rechazaría a la nación española, admitiría su condición de españolidad. Aspectos estos que no se dan ni en BNG, ni en CyU, ni en ERC, ni en EA ni en PNV, todos etiquetados como nacionalistas “moderados”. Quedémonos con lo que sus líderes han tenido, ya, la honradez de admitir; el nacionalismo moderado realmente es separatismo moderado en los medios que utiliza, pero con objetivos a medio plazo, nada moderados. Recordemos, con indignación sorda, que el hecho de que no utilice medios violentos no quiere decir que no se beneficie de la existencia de un separatismo violento y terrorista. A veces con indisimulado descaro ( el árbol y las nueces del inefable Arzalluz). ¿Se beneficia involuntariamente? Esperemos que así sea.

No es menester dedicar atención a la palabra soberanismo, porque no existe en el diccionario de la RAE y porque, sencillamente, significa independentismo, y en España, independentismo es separatismo.

Convendría, pues, ir llamando a las cosas por su nombre para no esconder su realidad ni su gravedad. Hablemos de los ismos que son de verdad (fanatismo, separatismo, terrorismo, ), porque llegan a ser deletéreos. Por ejemplo, ayer murió un ciudadano de 24 años cuya labor era la de proteger y velar por la libertad de los ciudadanos españoles. Su muerte no es ajena a algún ismo de los que hemos citado, como tantas otras muertes. Dejemos a cada lector que decida cual y dejemos a cada elector que, a la hora de votar, se acuerde de la responsabilidad de los ismos en la consecución de una España de ciudadanos más libres y más solidarios.

Y agradezcamos por última vez a los ciudadanos guardia civiles víctimas de la barbarie de ayer que trabajaran hasta su último aliento por la libertad de los ciudadanos y no por ningún ismo.

Enrique Calvet