domingo, 22 de abril de 2007

Me falta el aire


En mi ciudad el aire se compra en bolsitas. Hubo un tiempo en que la gente se mataba entre sí para repartírselo, pero ya no: ahora pasa de padres a hijos y cuando tienen ganas lo venden en grandes o pequeños volúmenes. Entonces otros señores lo compran, lo envasan y nos lo venden a nosotros.

Para respirar tengo que pagar pues. Los precios son más altos en algunas tiendas y más bajos en otras más alejadas; como no soy rico tengo que viajar horas hasta encontrar una que se acomode a mi presupuesto. Tengo un coche sólo para eso pero por suerte el gobierno hace muchas carreteras para nuestra comodidad. A veces no lo encuentro a buen precio y me veo en dificultades, pero he aprendido a respirar poco.

Desde hace un tiempo estoy preocupado: las bolsitas están cada vez más caras. Se ha vuelto el negocio de moda: la gente las compra y las revende más caras; y claro, el aire se ha puesto por las nubes. He tenido que pedir dinero prestado. Una vez quise comprar aire directamente a su dueño original y me pidió un ojo de la cara. Aire hay mucho, pero todos te dicen lo mismo: " a mi no me cuesta nada dejarlo como está, puedo esperar toda la vida para vender”.

He hablado con mi concejal del aire para ver si puede hacer algo; me ha dicho que siga buscando y que habiendo tanto aire seguro que bajan los precios. Pero no bajan y me asfixio. He hablado también con el concejal de la oposición y me ha dicho que el Ayuntamiento tiene por ahí unas reservitas que piensan sortear. Otros opinan que soy anticuado y que el aire no se debe comprar sino alquilar; hay muchas bolsitas disponibles acumuladas en almacenes. Pero como no se fían de mí me piden garantías de las que no dispongo; y además, tendría que seguir pagándolas toda la vida.

Como el aire está tan caro, le tengo que pedir a mi jefe un aumento de sueldo todos los meses. Y él me dice: yo también necesito aire para mis máquinas y me pasa igual que a ti. Bueno, en realidad creo que está pensando pasarse al sector de las bolsitas, casi todos hacen igual.

Por fin se me ha ocurrido una idea genial. El Ayuntamiento tiene un derecho inmemorial: comprar aire a precios razonables para que los vecinos podamos respirar sin dejar de comer y beber; en realidad no sé porqué no lo ha hecho hasta ahora. Además, en nuestra ciudad hay una ley que dice: “todos los ciudadanos tienen derecho a respirar aire puro”. Pero nos han dicho que mejor no hacerlo porque eso se llama “demagogia” y que somos insolidarios e irresponsables porque así vamos a arruinar la economía de la ciudad.

Algunos se quejan pero los de las bolsitas dicen que no importa porque está viniendo gente de una ciudad mucho más pobre que la nuestra que está acostumbrada a estas cosas y que debemos aprender de ellos.

Norberto Beirak

1 comentario:

Unknown dijo...

¿te ha inspirado la ministra Trujillo?
Me parece que la moda estar en decir que basta con alquilar el aire, que eso de tener aire en propiedad es de ambiciosos obsesionados con tener posesiones.
También me recuerda al hielo de Macombo...