lunes, 7 de mayo de 2007

Violencia y entendimiento


El dirigente del PNV Joseba Egibar, en declaraciones de este fin de semana, arrojaba nuevas dosis de luz sobre las claves del crítico momento político actual que se vive en el País Vasco.

Según Egibar, el origen del ‘conflicto’ reside en los planes diseñados para las elecciones de 2001 por el candidato del PP vasco, Jaime Mayor Oreja, y el secretario general del PSE, Nicolás Redondo. “Todo lo que estamos viendo ahora sobre las listas, que si las sacan, que si no, que si ANV, por cierto la única formación política que repudia la violencia en sus estatutos, procede de los tiempos en que venían a caballo para desplazar al PNV y a EA de las instituciones vascas”, argumentó con prístina claridad –y las acostumbradas dosis de demagogia nacionalista- el dirigente del PNV en un acto en San Sebastián.

¿Por qué se negará a verlo así el Presidente del Gobierno? ¿Por qué empeñarse en culpar al PP y no a quienes verdaderamente no respetan las reglas más básicas del juego democrático?

Respecto al repudio a la violencia en los estatutos de ANV, lo único que confirma –al menos a mí- es esa vieja noción de que el papel lo aguanta todo. ¿O es que acaso a alguno, uno tan sólo, de sus ‘viejos’ o ‘nuevos’ dirigentes, se le ha pasado por la cabeza siquiera hacer declaraciones públicas en este sentido?

Por otro lado, las declaraciones del señor Egibar contienen un indiscutible error de facto. Es al afirmar que el repudio explícito de la violencia no consta en los documentos básicos de ningún partido político. Le recomendaría al señor Egibar una rápida lectura del Ideario de Ciudadanos. Su punto 7 lee textualmente: “C’s condena de forma explícita cualquier medio de coacción, basado en la violencia y el terrorismo, que se haya utilizado, se esté utilizando o se utilice en el futuro, en nombre de cualquier fundamentalismo, de carácter político o religioso”.

Además, esta joven formación política ha hecho bandera de su firme intención de firmar hasta la última coma del mismo pacto antiterrorista que ahora repudia –más o menos veladamente- el señor Rodríguez Zapatero. Ojala podamos ver pronto un regreso a esos consensos básicos que tanto han sufrido en esta legislatura. Muchos confiamos en el papel que puede jugar Ciudadanos -¿quién si no?- en este frente tan necesario para el mejor desarrollo democrático de nuestro país.

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