viernes, 27 de julio de 2007

Errores de gobiernos nacionalistas

Los últimos 30 años de democracia en España han traído indudablemente un modelo de bienestar social y desarrollo económico que a todas luces era inimaginable por los protagonistas políticos de la época de la transición. Esto es un hecho que nadie puede rebatir. Sin embargo ese desarrollo no ha sido homogéneo en todas las regiones españolas. Comparemos dos de las regiones más prosperas de España (en el 78 y hoy en día), me refiero a Madrid y a Cataluña. Cataluña era en el año 78 una región que desde el punto de vista de su potencial de desarrollo superaba con creces al de Madrid, por varios motivos (dispone de costa, montaña, un tejido industrial mas desarrollado, una capital como Barcelona muy cosmopolita, etc..). Madrid sin embargo disponía de algo que Cataluña no tenía: la administración del estado.

En últimos 30 años hemos visto como la administración se ha descentralizado (cosa que aparentemente podría hacer perder a Madrid su potencial de crecimiento), muchas empresas públicas se han privatizado, han llegado miles de empresas internacionales a España, muchas industrias, etc. Podría parecer pues que tanto Cataluña como Madrid serían ambas las grandes beneficiadas por todos estos hechos y sin embargo y bajo mi punto de vista esto no ha sido así. El desarrollo económico de Madrid frente al de Cataluña ha sido simple y llanamente espectacular. ¿Por qué? La clase política catalana se ha dedicado durante estos 30 años a gobernar en pro de sus intereses particulares y no en pro de los intereses de los ciudadanos. Así pues hemos asistido durante esta época a ver como el principal interés de los nacionalistas ha sido el obtener competencias del Estado que les dieran más autonomía, sin importar si esa autonomía traería más bienestar al ciudadano, en vez de preocuparse de exigir, negociar, pactar con el Estado inversiones o decisiones que trajeran bienestar (aunque fuera por parte del Estado). Al nacionalismo no le ha interesado sentarse con el gobierno de España para exigir más inversión en Sanidad, o más inversión en infraestructuras, sino simplemente la transferencia de esa u otra competencia. Pero claro, ese debate ya esta prácticamente acabado y ahora solo queda o bien la independencia (al modo chapucero del nuevo Estatut) o la táctica del “martir” para echarle la culpa al Estado Español de las penas Catalanas o las dos cosas al mismo tiempo.

Mientras, en Madrid y en otras comunidades, han trabajado pensando en el ciudadano, o para ser más exacto no pensando tanto en los intereses particulares. Da pena ver como ninguna multinacional de peso se establece en Barcelona, y van todas a Madrid. Da pena ver como multinacionales establecidas en Cataluña o bien se van o bien se trasladan a Madrid. De seguir por ese camino, Cataluña corre el riesgo de convertirse en una región dedicada al turismo y los servicios. Y mientras tanto, un 50% de abstención.

Valentin Pinuaga

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