El voto electrónico
La organización británica Open Rights Group ha advertido que la democracia podría verse socavada si se implanta el uso del voto electrónico en los procesos electorales.
Tal y como se desprende de la información publicada en el diario El País, la organización sin ánimo de lucro británica -entre cuyos objetivos está preservar las libertades civiles en el ciberespacio- asegura que los riesgos derivados de pasar de la clásica papeleta a la pantalla táctil son mayores que los beneficios que podría conllevar.
El titular, sin embargo, lleva al equívoco. Open Rights Group, tras analizar los informes elaborados por sus observadores en las elecciones locales inglesas celebradas el pasado mes de mayo, se ha limitado a criticar un sistema de voto electrónico concreto.
La ONG británica ha hecho un llamamiento para detener el proceso de implantación del sistema actualmente en fase de prueba hasta que éste sea fiable, fácil de supervisar y se compruebe su integridad.
El voto electrónico llegará a nuestras democracias. El único interrogante al respecto es el cuándo. Considero que los esfuerzos administrativos deberían centrarse ahora en superar todos los legítimos recelos que puedan existir en torno a su introducción.
Facilidad de uso, fiabilidad de los resultados y capacidad de gestión deberían ser los tres ejes fundamentales en torno a los cuales avanzar en este campo. El voto electrónico es una de las avenidas más atractivas para combatir el fenómeno de la abstención y actual desapego mostrado por tantísimos ciudadanos hacia la actividad política.
Tal y como se desprende de la información publicada en el diario El País, la organización sin ánimo de lucro británica -entre cuyos objetivos está preservar las libertades civiles en el ciberespacio- asegura que los riesgos derivados de pasar de la clásica papeleta a la pantalla táctil son mayores que los beneficios que podría conllevar.
El titular, sin embargo, lleva al equívoco. Open Rights Group, tras analizar los informes elaborados por sus observadores en las elecciones locales inglesas celebradas el pasado mes de mayo, se ha limitado a criticar un sistema de voto electrónico concreto.
La ONG británica ha hecho un llamamiento para detener el proceso de implantación del sistema actualmente en fase de prueba hasta que éste sea fiable, fácil de supervisar y se compruebe su integridad.
El voto electrónico llegará a nuestras democracias. El único interrogante al respecto es el cuándo. Considero que los esfuerzos administrativos deberían centrarse ahora en superar todos los legítimos recelos que puedan existir en torno a su introducción.
Facilidad de uso, fiabilidad de los resultados y capacidad de gestión deberían ser los tres ejes fundamentales en torno a los cuales avanzar en este campo. El voto electrónico es una de las avenidas más atractivas para combatir el fenómeno de la abstención y actual desapego mostrado por tantísimos ciudadanos hacia la actividad política.
No hay comentarios:
Publicar un comentario