Movilidad
Movilidad intelectual: que cultiva la tolerancia, la transversalidad íntima, la bendita capacidad de dejarse convencer cuando se escuchan argumentos suficientes.
Movilidad política: que disipa las tentaciones de abarcar áreas de poder o de influencia; que excluye la necesidad psicológica de poseer determinado status; que limita el ensimismamiento propio del sillón de mando; que mata la perniciosa y españolísima noción del "o César o nada".
Y movilidad vital, que garantiza la continuidad de los proyectos con independencia de qué personas se sitúen en cada momento en la primera línea de la responsabilidad; que fomenta el respeto por las cambiantes circunstancias personales de cada colaborador. Con toda normalidad.
En una iniciativa tan necesaria y tan superior como Ciutadans -cuyo patrimonio intelectual y de decencia es inmenso- la movilidad es a veces un signo de vitalidad. Paradójicamente, el retranqueo alegre y normal de algunas personas hacia áreas de responsabilidad inferiores pone de manifiesto el cogollo mismo de nuestra diferencia con los demás partidos: buscamos -también personalmente- el éxito de un proyecto común en el que, como suele decir mi admirado David, "todos cabemos y juntos podemos": cada uno es solamente uno más. Siempre.
Movilidad. Normalidad. Vitalidad.
F. Sanz
2 comentarios:
¡Cristo mío!, pero ¿quién es este botarate? La escritura, un fárrago. El modo, como de parroquia de barrio con ínfulas de Vaticano. Y tanta modestia y buenas obras inclinan a pensar en un ser avieso y vil, además de torpe, porque se le ve el plumero a distancias enormes.
Efectivamente, César o nada: preparado para ser nada y con pretensiones de César.
¿Es posible que dejen escribir a un tipo así?
cracatoa, si a ti te dejan escribir, sin dar la cara, no pidas censura para los demás, que dan la cara.
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