domingo, 16 de septiembre de 2007

Porque triunfará el independentismo regional

No es en absoluto descartable que dentro de unos años alguna región española se declare independiente, así de mal lo hemos hecho. Igual que es lo muy previsible que ese sinsentido se superará posteriormente en tiempo histórico porque la Historia demuestra que el sentido común vuelve. Por eso, por ejemplo, Alemania está reunificada o han fracasado nazismo y comunismo. Pero, desgraciadamente, el sentido común vuelve, demasiadas veces, con mucho dolor y sufrimiento. Así de mal lo estamos haciendo.
Creemos que es evidente que cada día hay más jóvenes independentistas en algunas zonas de España y que el fenómeno va creciendo, tal vez acelerándose. Lo señalaba el otro día el ex honorable (nunca mejor dicho ) Pujol: hoy habría más votantes por la independencia en Cataluña que bajo su mandato. Esa dinámica que el gobierno alienta y permite financiar con pasmosa irresponsabilidad hace prever que en el futuro haya generaciones con suficiente masa crítica de independentistas como para plantear la secesión de algunas regiones.
Pensamos que son dos los motivos principales: la lenidad absoluta, con desprecio a la aplicación de la ley (la Constitución, por ejemplo), de los gobiernos de turno, frente a las acciones independentistas y la pavorosa situación en que ha caído la educación de los jóvenes españoles.
De lo primero, probablemente nos ocupemos otro día, baste con decir que en la inmensa mayoría de las naciones de la UE, de la OCDE y de la ONU las actividades (no los sentimientos) independentistas son ilegales, cuando no considerados, legalmente, traición. Hasta en el Reino Unido se distingue entre la situación de Escocia, ligada por un Tratado escrito “internacional”, por lo tanto renegociable, y los otros territorios en los que si un individuo de, digamos, el Devonshire, lucha públicamente por la independencia, va a dar con sus huesos en la cárcel (o, más probablemente, en un manicomio).
Pero la tragedia absoluta se da en el segundo motivo, el que es vivero y generación acelerada de independentistas: nuestro sistema educativo. De todas las alocadas transferencias suicidas a las Autonomías que se han producido en los años recientes de nuestra historia, sin duda la peor para la felicidad y el bienestar de los ciudadanos españoles ha sido la educación. Dos son los errores tremendos: la imposibilidad de imponer a nivel nacional un corpus doctrinal homogéneo que enseñar a nuestros jóvenes y la pérdida absoluta de poder de control y vigilancia del gobierno español sobre la impartición de las enseñanzas en su modo y contenido. “De facto” ( los tímidos textos legales que intentan dar una dimensión nacional a alguna parte de la educación ni se respetan ni sirven para nada) tenemos unos diez y tantos sistemas educativos orientados, con miriadas de libros de textos antagónicos, pergeñados e implantados exclusivamente por las autoridades regionales. Lo que significa, en las provincias bajo dictadura intelectual nacionalista, Cataluña, Vascongadas, Galicia, pero también Baleares y otras, un lavado de cerebro independentista desde la base. Ese endoctrinamiento deleznable y anti-social se basa, claro está, en la manipulación, la mentira, la creación de falsos mitos, de unos valores disgregadores y anti-solidarios, de falsedades históricas etc…, pero que figuran impunemente en los libros de textos “ad hoc”y resultan muy efectivos en la creación de jóven carne de cañón independentista. ¿Por qué se creen que en el tema de Educación para la Ciudadanía los partidos nacionalistas no dicen esta boca es mía? Porque han encontrado otra plataforma de endoctrinamiento. Antes, en la rural Galicia, el único momento vital para muchos en el que se aprendía castellano era el de la escuela. Ahora que se obliga a enseñar en galleg; se están creando generaciones de iletrados en la lengua común, el español. Eso es mucha carne de cañón más facilmente manipulable por los independentistas gallegos, con la complicidad de los socialistas. Y así mil ejemplos. La metástasis se extiende.
No hay nación ni estado que pueda resistir sin dolorosísimos traumas esta dinámica. ¿Conocen Uds. una sóla nación, un solo estado que, teniendo una lengua común de siglos, tome la senda de perder esa virtud y aisle lingüísticamente a sus regiones, otrora unidas en el idioma? ¿Ven Uds. a Francia (con ocho lenguas) convertirse en Bélgica?
Por eso una reivindicación esencial , permanente y obsesiva de los ciudadanos de bien debe ser la devolución al Estado Español de las competencias en Educación, con su corolario de fijar unos contenidos comunes basados en el acuerdo entre los grandes partidos y los expertos independientes. Nos va la convivencia, la paz, la vida futura en ello. Ya se han perdido demasiadas generaciones ( y a la vista están los resultados) Es una obligación moral.
Enrique Calvet

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