domingo, 16 de diciembre de 2007

EL ADN SOLIDARIO DE CIUDADANOS

Ciudadanos es el primer partido que se ha creado con el objetivo de oponerse a la guerra competencial insolidaria desatada por los partidos independentistas, los nacionalistas y las estructuras caciquiles regionales.

No existen en la actualidad partidos que hagan esta misma apuesta, exceptuando a UPyD.

El PP gobierna Navarra con los mayores privilegios de todo el sistema autonómico español, y se ha comprometido en la reforma de los estatutos Andaluz, Valenciano y Balear; el PSOE ha dado curso a todos estos y además al catalán, y gobierna en Cataluña en coalición con ERC, en Galicia con el BNG y en Baleares con grupos independentistas; IU suma a lo anterior su coalición con el PNV y EA en el País Vasco. Además, todos los partidos nacionales con responsabilidades autonómicas intentan permanentemente incrementar sus competencias a costa del estado. Nada de lo anterior parece detener la insaciable avidez soberanista.

Por qué habría que oponerse a esta guerra competencial y a las cesiones que se están realizando por parte del estado?

Porque el desmontaje de la unidad española es una operación insolidaria: se dirige a reducir el ámbito de igualación de derechos entre los ciudadanos, o al menos a dejarlo en un hecho formal, desproveyendo al Estado de los instrumentos para que esta igualación se lleve a cabo: la capacidad legislativa, los medios económicos y la intervención directa. Un estado ya vaciado por los procesos de privatización de sus empresas, incluso aquellas en sectores estratégicos, y por las transferencias de soberanía a la UE, se ve ahora reducido a residual por los traspasos a las autonomías y sin capacidad de formulación de proyectos para el conjunto de los ciudadanos.

Ciudadanos nace pues como una expresión solidaria en su núcleo político, entendiendo este concepto como el reconocimiento de que todo ciudadano español debe poder ejercer todos los derechos que le garantiza nuestro pacto de convivencia: la Constitución de 1978. Estos derechos son tanto los derechos individuales, las libertades civiles y políticas que allí se recogen, como los derechos sociales y al estado de bienestar, y los principios constitucionales en relación con las políticas económicas y sociales. No son una enumeración meramente defensiva, sino un dispositivo para la acción, la modernización y la articulación de proyectos de futuro.

Por eso mismo está en el ADN de Ciudadanos la pugna porque esos derechos se hagan realidad. No hay diferencia para este partido entre privilegios territoriales y privilegios económicos y sociales. Ambos son la antítesis del concepto de ciudadanía en la media en que hagan de obstáculo a que los derechos constitucionales se hagan realidad y a la igualdad en el acceso a su ejercicio. Y ambos son reaccionarios en cuanto se oponen a que los derechos ciudadanos se incrementen en extensión y calidad.

Este es un concepto que Ciudadanos ha visto con claridad y que lo aleja del resto de las formaciones políticas existentes. Unas, porque si bien dicen rechazar la insolidaridad social ceden ante los privilegios territoriales; otros, porque si bien dicen rechazar estos últimos, son los adalides de los privilegios económicos. En ambos casos la realidad es que los privilegios territoriales y económicos avanzan y los derechos ciudadanos ceden.

Ciudadanos se ve abocado, por la lógica de su propia creación, a ser el partido de los derechos ciudadanos en general.

En cuanto a UPyD: ha cercenado arbitrariamente los principios desde los que se deduce la oposición al nacionalismo. Porque si no se hace desde posiciones de ciudadanía, solidaridad e igualación de derechos, posiciones que no se pueden fragmentar ni limitar a discreción en su despliegue por motivos oportunistas, no hay lugar posible desde donde hacerla.

Salvo que se intente hacerlo desde el nacionalismo español.

Sería un engaño, porque qué es la nación española más de lo que son sus ciudadanos? Y qué es la ciudadanía más que la titularidad de los derechos que los pactos nos han otorgado?

Y qué legitimidad tienen las políticas de modernización, racionalidad y eficacia si no es la de servir mejor a los ciudadanos? Pude estarse a favor de eliminar los privilegios territoriales y de mantener en cambio los económicos?

La manifestación celebrada el sábado 15 de diciembre en Bruselas contra el alza del costo de la vida y contra la guerra competencial entre valones y flamencos da una clave sobre cuál es la solución para este desvarío. Tendrán que ser los ciudadanos los que hagan ver a sus dirigentes que no están dispuestos a que la agenda competencial insolidaria reemplace a la agenda de sus problemas reales.

Norberto Beirak

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