martes, 5 de febrero de 2008

Ciudadanos se proclama el partido del «sentido común»

Publicada en El Mundo, autor Daniel G. Sastre.


 

El presidente de Ciudadanos y candidato de ese partido por Barcelona a las elecciones generales del 9 de marzo, Albert Rivera, respondió ayer desde su bolg a las declaraciones que ayer hizo la número uno del PP al Congreso por la capital catalana, Dolors Nadal, a este diario. En concreto, Nadal calificaba a Ciudadanos de «partido folclórico» y de «extrema izquierda». Ayer, Rivera contestó que «en parte tiene razón», porque las propuestas de su formación son «extremas.. de extremo sentido común».

Rivera reivindica a su partido en la carta, y se muestra muy crítico con las afirmaciones de Nadal. El texto se inicia con una convicción recurrente en Ciudadanos: que el resto de partidos utilizarán su mayor implantación para tratar de ningunearlos.«El establishment va a hacer todo lo posible para que no se denuncie la vieja política, que vienen practicando de espaldas al ciudadano, y no se conozca la nueva política, la que mira al futuro, la que dice las cosas tal y como son y la que intenta sumar y no dividir», afirma.

El líder de Ciudadanos también defiende el vídeo de presentación de su candidatura, denostado por Nadal, en el que, vestidos de cirujanos, varios miembros de las listas del partido hablan sobre el resto de formaciones políticas en tono distendido. La cabeza de cartel del PP dijo que el vídeo es «grosero»; sin embargo, Rivera no está de acuerdo. «Sinceramente, creo que es mucho más grosero acudir a la hemeroteca y ver como el Partido Popular ha defendido junto a CiU la inmersión lingüística obligatoria en Cataluña durante tantos años, incluso con la mayoría absoluta de Aznar [...]. ¿Tan valientes que fueron ustedes para llevar a nuestro país a la Guerra de Irak y no lo fueron para defender las libertades de padres, madres y alumnos en la educación catalana?», se pregunta Albert Rivera.

Tampoco está de acuerdo el candidato de la formación en que Nadal sitúe a Ciudadanos en la «extrema izquierda» del arco parlamentario. En respuesta, Rivera alude a algunas actuaciones que su partido lleva en su programa -la igualdad de homosexuales y heterosexuales, la defensa de una educación y una sanidad públicas de calidad, la regulación clara del aborto con una ley de plazos, la investigación con células madre con fines terapéuticos o la defensa de un Estado laico que «respete la libertad religiosa individual»- y se enorgullece de que desde el PP todas ellas se califiquen de «izquierdosas».

Otro punto en el que Rivera discrepa de Nadal es la posibilidad de pactar con fuerzas nacionalistas: «Supongo que decir claramente que no entraremos o pactaremos gobiernos con partidos nacionalistas como han hecho ustedes le debe parecer de extrema izquierda». Y también en la crítica abierta que Ciudadanos hace del concierto económico navarro y vasco, al que Rivera se refiere como «los privilegios carlistas».

Frente a la «hipocresía social» y la «pugna partidista» que en opinión del presidente de Ciudadanos han dominado la disputa política entre PP y PSOE, su partido se yergue como defensor «de quienes se dedican a sumar, a trabajar por el bien común en todos aquellos asuntos en que sea posible».

Rivera dedica el último párrafo de su escrito a las críticas que recurrentemente recibe su partido. Y lo hace para destacar que, a su juicio, todos los «extremistas» acusan a Ciudadanos de ser radicales en aspectos diferentes: «Los extremadamente conservadores nos llaman extrema izquierda; los extremadamente nacionalistas nos tachan de extremadamente españoles por defender la Constitución; y los fascistas que nos amenazan de muerte nos llaman fascistas por defender los derechos fundamentales».

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