viernes, 27 de abril de 2007

Una de "Sabios"


Ayer, mientras conducía de regreso a casa, tuve el gran honor de poder sintonizar el programa de radio "La ventana", justo cuando comenzaba la autodenominada "Tertulia de Sabios".

En esto que el decano de los sabios, Don Santiago Carrillo, comenzó a lanzar flores por doquier a nuestro querido vecino del norte y comentaba él cuánto teníamos que aprender en términos políticos de esa gran nación francesa.

Pensé que semejante declaración de amor fraternal debía estar originada, sin duda, por la organización jacobina del Estado francés que no permite desigualdades entre ciudadanos de distintos territorios (pese a que también tienen "identidades propias muy fuertes" como diría nuestro Presidente), por su alto índice de participación en la primera vuelta de las elecciones presidenciales, por su sistema electoral que no permite que las minorías vean multiplicado artificialmente el poder que les otorgan los votos reales o porque los terroristas de ETA no actúan en el País Vasco francés; en fin, por la mismísima Revolución Francesa quizás...

Pero no, hete aquí que Don Santiago no sentía envidia de ninguna de estas cosas, sino "de la capacidad de integración francesa que permitía a un húngaro como Sarkozy llegar a ser candidato y posible próximo Presidente de la República Francesa". Y lo mejor vino cuando hizo la siguiente analogía (por llamarla de alguna manera): "Me gustaría ver qué pasaría en España si un catalán llegase a ser Presidente del Gobierno. Seguro que comenzarían a oírse voces y gritos que si España se rompe..." Al mismo tiempo, el sabio Herrero de Miñón, paradigma de la lucidez y coherencia política, asentía con entusiasmo de ‘cheerleader’ adolescente: "Sí, sí, sí".

Dejando a un lado que Sarkozy no es húngaro sino francés, la analogía no tiene desperdicio:

1. Creyendo Don Santiago que Sarkozy era húngaro y no francés, lo compara a un catalán que eventualmente fuera presidente del gobierno. Parece que la analogía huelga porque, que yo sepa, hasta el momento un catalán sigue siendo español. Habrá sido un lapsus de Don Santiago...

2. En todo caso, si un catalán llegase a Presidente del Gobierno, si de algo sería síntoma, sería de que "España no se rompe", ¿no cree Don Santiago?

3. Fíjese, Don Santiago, que las únicas voces que sí se han oído hasta el momento en la línea que usted comenta, son los comentarios de tinte xenófobo del partido al que pertenece su compañero de programa, Ignasi Guardans, en el sentido de que un no nacido en Cataluña pudiera ser President de la Generalitat (en referencia a José Montilla).

Mientras apagaba mi coche, tuve la oportunidad de recibir otra extraordinaria pieza de sabiduría cuando Don Santiago reflexionó en voz alta: " ¿Es justo que los votantes de la izquierda abertzale se queden sin opción al voto?". A Don Santiago no le preocupaba si respetaban la ley, si se valían de la violencia de su brazo militar para sacar ventaja, si utilizaban métodos de intimidación para acompañar su acción política, si sus adversarios políticos no nacionalistas tienen que ir con escolta. No. Sólo le preocupaba qué iba a ser de estos “huérfanos electorales” de los Otegui, Pernach y compañía que, al fin y al cabo, no son más que ovejas descarriadas que debido a la opresión del Estado Español y al “conflicto” cometen alguna que otra travesura sin importancia...

No me extenderé más, ya que esto último daría para uno o varios libros y además, tuve que apagar el coche, no fuera que gripara el motor...

Raúl Hernandez

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