sábado, 21 de julio de 2007

Soleados amaneceres (versión light)


Imaz y Puras, Puras e Imaz. Dos ovejas descarriadas que vuelven al redil de la normalidad democrática, dicen y escriben algunos. Nada de pactar con Nafarroa Bai; ¿qué es eso de consultar a ‘los vascos y las vascas’ incumpliendo la legalidad vigente? Dos súbitos ataques de responsabilidad parecen iluminar nuestros grises amaneceres político-mediáticos.

Sin embargo, tras ser sujetas al microscopio de la letra pequeña, estas dos supuestas magníficas noticias no dan para tanto. Por un lado vemos como en Navarra, tras constatarse la imposibilidad de pacto con la coalición esukalduna, los socialistas avisan a UPN de que sólo hay una opción posible: el gobierno de éstos en minoría.

Nada de consultar otra vez al electorado ahora que las cartas están ya a la vista de todos. Uff, qué peligroso suena eso, semejan pensar los sesudos analistas de Ferraz. Mucho mejor permitir que salga de puerto un gobierno débil, que tenga una espada de Damocles pegadita al gaznate hasta el próximo mes de marzo. ¡Oh generosa y bienintencionada oferta en claro beneficio de la ciudadanía de la comunidad foral!

En el País Vasco, mientras tanto, los apoyos de Imaz y Ibarretxe/Eguibar en el Euskadi Buru Batzar bailan al son de las sillitas musicales, y con ellos se contonea la estabilidad de la España constitucional que conocemos. Las críticas filtradas desde este organismo a la ‘insolidaria’ postura belicosa de Imaz se han visto seguidas de melosas matizaciones desde el entorno de éste, descafeinando así buena parte del contenido del artículo aparecido en prensa el domingo pasado.

Pero no sólo el norte nos agua el panorama político. Coinciden estas noticias con otras provenientes del levante igual de decepcionantes. Y es que, con el nombramiento de Andrea Fabra, el PP se empeña en recordarnos que España, a día de hoy, está aún muy lejos de alejar los fantasmas caciquiles y clientelares que han plagado su historia.

Ciudadanos libres, iguales y solidarios. El objetivo, por lejos que esté de cumplirse, sigue siendo ése.

Jacobo Elosua

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